LONDRES (DPA).— Drogas, fiestas y música. Como casi ningún otro músico, el guitarrista de los Rolling Stones Keith Richards marcó y experimentó el cliché del músico de rock. Y a pesar de que muchos médicos le predijeron una muerte temprana a causa de su vida desenfrenada, la leyenda del rock and roll con su inconfundible guitarra entusiasma desde hace más de 45 años a sus fans en todo el mundo.
Junto con el cantante de los Rolling Stones Mick Jagger, Richards conforma seguramente el dúo de compositores de rock más exitoso de todos los tiempos, junto con los Beatles John Lennon y Paul McCartney. Mañana 18 de diciembre, Richards, quien nació en el condado de Kent, en el sur de Inglaterra, cumple 65 años.
Cuando Richards está sobre un escenario, apenas se le notan los excesos de las últimas décadas. Se sumerge en su música y está en forma y aguanta. La parte más extravagante de las actuaciones; sin embargo, se las deja al cantante Jagger, que con su cuerpo fibroso recorre el escenario entregado. Eso convirtió a Jagger en la cara de los Rolling Stones, pero fue su amigo de la juventud Richards el que creó una gran parte de los hits, entre ellos “I can´t get no satisfaction”, y que con su guitarra determinó el singular sonido que convirtió a los Stones desde 1962 en la banda exitosa de más tiempo en activo de la historia del rock.
A pesar de que Richards supuestamente cantaba en un coro de niños delante de la reina Isabel II y tiene tres hijas y un hijo de dos relaciones, nunca fue un modelo para la juventud. De todos los Stones, siempre fue “el peor”. Durante mucho tiempo, bebió y consumió todo tipo de sustancia que lo colocara. Y a pesar de que muchos apostaban por una muerte temprana, el cuerpo de Richards sobrevivió de manera asombrosa a los abusos, que se pueden leer, sin embargo, en los surcos de su cara. “
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